Acá te dejo algunos de mis consejos y sugerencias:

Conseguir una pareja de Tango: Acá entramos en un plano bastante difícil para algunos. Aunque es mejor ir a las clases o milongas con un compañero/a, los que todavía no tienen no deben desalentarse ya que seguramente habrá otras personas de su sexo opuesto que estén en la misma situación. En este caso, por experiencia, mi mejor consejo es que si nos decidimos a bailar Tango de una manera constante, debemos buscar a alguien que sea responsable con los horarios, respetuoso, limpio (muy importante!), que lleve chicles o caramelos de menta extra fuerte, pero por sobre todo, que le interese bailar y aprender a bailar el Tango. Sin este último detalle, Ud. perderá tiempo porque a la corta o larga tendrá que comenzar de nuevo.

Quién lleva en el Tango?: El hombre lleva, y la mujer se deja llevar (siempre es así). El hombre es quien decide los pasos a hacer, pero por supuesto la mujer debe estar muy atenta a sus señas y proporcionar los movimientos de seducción o adornos. Mi consejo es que cuando la mujer quiera que el hombre se detenga para que ella haga algún adorno, debe indicárselo presionando sutilmente su mano izquierda (que está en el brazo del hombre) o ambas. Esta es una buena señal sin tener que decir una sola palabra!! A su vez, los hombres deben respetar el tiempo de la mujer mientras ella hace los adornos.

El juego de miradas: El juego de miradas es muy importante, especialmente si bailamos para un público o espectáculo ya que crea una situación muy interesante donde se combinan sentimientos tan profundos como pasión, desengaño, frustración, felicidad, amor, odio. Estos sentimientos tan genuinos atrapan al espectador porque son el reflejo de nuestras propias experiencias.

Técnicas de Tango para tener en cuenta:

Como mejorar la postura:

	Colocar el peso del cuerpo hacia delante, debe sentirlo en la punta de los pies.
	Espalda derecha,
	Hombros bajos y relajados,
	Panza adentro, hace que automáticamente mejoremos nuestra postura.

Por qué debemos caminar?:

	Desarrollar elegancia
	Obtener equilibrio y buena postura
	Escuchar la música, entender el ritmo y compás
	Caminar antes de empezar a bailar es bueno para "entrar en calor" y estar más conectado con la música y nuestra pareja.
	Y porque bailar Tango es simplemente...Caminar!!

El abrazo

	Posición firme.
	Hombros del hombre y la mujer paralelos pero con una leve abertura en forma de triángulo del lado derecho de la mujer e izquierdo del hombre.
	El codo no debe sobresalir de la línea del hombro.
	El hombre coloca su mano derecha en el centro de la espalda de la mujer con los dedos cerrados.
	La mujer apoya su mano izquierda alrededor del cuello-espalda del hombre o en el brazo derecho del hombre según como se esté bailando (si separados o juntos).
	Las manos, tanto la derecha de la mujer como la izquierda del hombre que se toman, debe hacer una leve presión (no fuerza ni tensión) para que el abrazo tenga firmeza y porque es muy importante mantener esta postura mientras se baila para no desarmar la estructura del abrazo y porque se utiliza para la "llevada".

La posición de la cabeza:

	Mantener siempre la vista en alto.
	"Jamás" mirar el suelo. Este es un pésimo pero muy frecuente hábito, también llamado por mi amigo Eugenio "se me perdió la moneda". Existen excepciones en las cuales podemos mirar al piso, pero éstas son sólo por instantes en las que los bailarines quieren transmitir algo al espectador.
	A veces confundimos "mirar el suelo" y "tener la mirada baja". Esta última es aceptada ya que nos compenetramos tanto en la música y en el baile que tendemos a bajar la mirada, o sea dejar caer los párpados. Para poder disfrutar al máximo de la belleza que el mismo tango nos evoca/provoca. Pero eso sí, por favor hombres no se queden dormidos y presten atención que una milonga podría transformarse en una pista de autitos chocadores.
	No agachar ni poner la cabeza hacia delante que quedamos espantosos y terminamos con una joroba horrible. He notado esto especialmente en los hombres porque tienden a no querer desprenderse de la mujer ni siquiera en los momentos donde deben hacerse los pasos con el abrazo "alejado".